Como seguir mientras todo pasa
El entusiasmo cae como una bolsa desde un décimo piso. Las columnas de la noche se derrumban frente a mi ánimo de Harry Dean Stanton en París, Texas. Travis encerrado en su silencio de molusco, ajeno al holocausto que mordisquea las calles tras su ventana en la madrugada limeña. Hace más de un mes inicié esta vida paralela a la que debería haber mantenido con constancia, pero mírenme ahora, dándole respiración boca a boca desesperado, atento a la reacción propia que la haga levantarse y andar. Ahogándome sin darme cuenta que el mar que me asfixia soy yo mismo. Blog mío que estás por los suelos, petrificado sea tu nombre durante el tiempo que te dejé solo. Un mes y sus días, un mes más heridos y muertos. Syd barret, Naguib Mahfuz, Glenn Ford, Oriana Fallaci, Steve Irwin. Diabetes, vejez, cáncer, mantarrayas. Cuántas maneras hay de morir buscándonos por el mundo todos los días, al doblar la esquina y que pocas maneras encontramos de vivir y sentirnos contentos. Pero hoy he vuelto. He vuelto porque sigo buscando. Porque hay que buscar enlaces consigo mismo en un mundo que te separa constantemenete de lo que eres, que te desdobla sin ánimo metafísico, más bien mortal, como de pescador arrancando al pez de sus entrañas para obtener la comida que EL quiere.
El tema de Syd Barret me tocó hondo, hasta el recuerdo más lejano de mi primera escucha del The Piper at the gates of dawn, hasta la anécdota de un amigo que vive en Londres y que dijo habérselo encontrado en un bus o en el metro o que se yo: "Hey, ¿no eres tú Syd barret?- No, hijo. Yo ERA Syd Barret". Paró el bus. Bajó. Fin de la historia. Después de la promiscuidad de sentimientos, una lágrima avergonzada y calata salió del hotel de mis ojos.
En cuanto a Mahfuz y Glenn Ford la cosa es más clara. Si estás en base 9 no hay muchos proyectos a largo plazo que puedas emprender, a no ser asegurarte una cómoda tumba o frotarte los ojos cada nuevo día que vivas para comprobar que sí, que es verdad, que como decía la mamá de Borges, Dios también es viejo y en su Alzheimer gravísimo, olvidó recogerte por enésima vez. Al menos el egipcio pudo mirar el Nóbel que tiene en su vitrina una vez más antes de exhalar, porque Glenn con el Oscar nunca la vio. Seguro que en la última de esas muecas de cinismo tan bien recordadas, imaginó a la Academia en pleno vestida de Gilda y él cacheteándola eternamente. Mito de Sísifo en un remake hollywoodense.
Ahora me pongo a pensar como son las casualidades. Qué poco originales son los sentimientos que sirven de motor al mundo. Mi habitación, mi cama, mi ventana cerrada, mi computadora, mi música y fuck the world. Qué lejos Oriana, qué lejos estábamos, pero cerca estaban nuestros encierros. Qué pobre petulante me siento al tutearte sin haber sido entrevistado por ti, sin siquiera haberte cargado la grabadora o la cámara fotográfica, aunque quizás en un sueño sí. "Occidente revela un odio por sí mismo que es extraño y sólo puede ser considerado patológico; Occidente ya no siente amor por sí mismo. En su propia historia solo ve lo que es deplorable y destructivo, mientras que no ve lo que es grande y puro", dijiste en mayo al The Wall Street Journal en tu última entrevista y más que hablar del planeta, parecías estar hablando del oriente y el occidente que cohabitan en cada individuo. Es mi teoría utópica. Recuerda que esta madrugada limeña no soy más que Harry Dean Stanton en París, Texas. Entusiasmo que cae como una bolsa desde un décimo piso.
Es hora de dormir. Y no es que me olvide de Steve Irwin, pero sé que el me acompaña junto a los cocodrilos del sueño.
2 y media de la madrugada en Miraflores, Lima, Perú.
7 de la mañana en mi corazón con legaña.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home