CON EL CAÑÓN EN LA BOCA

Un espacio para el desahogo, para el ahogo, para la soledad, para la compañía, para perder el control y retomarlo, para perderse completo y reencontrarse a medias, para ser un personaje y ser el autor al mismo tiempo, para gritar desaforado todos los silencios.

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Nombre: Ricardo Hinojosa Lizárraga
Ubicación: Miraflores, Lima, Peru

Comienzo esto a la edad en que otros han terminado todo lo que les quedaba por hacer en vida: Hendrix, Morrison, Janis, Cobain. Que poco pueden parecer a veces 27, cuanto pueden significar en otras ocasiones. Fuera de eso, ya cumplí con los rituales del colegio y la universidad, el de los vanos intentos de socialización, el de la escuela de vida que te prepara para saber adonde no volver, o como extraviarte totalmente en la búsqueda de ser individual y no borrego de modas y antojos circunstanciales. Aunque, a pesar de eso, prosiga ahora como todos, como uno más, ganándome el pan y trabajando, cumpliendo protocolos y horarios, aunque prefiera quedarme en casa, escribir según mi ánimo, darle curso al onanismo (el mental y todos sus hermanos), almorzar cuando no toque, escupir al cielo eventualmente o sencillamente chasquear los dedos frente al público y hacer mi gran desaparición. A pesar de todo eso, estoy aquí, sacando bien, siempre con el cañón en la boca, tentando el número final que me haga perenne.

noviembre 03, 2006

Veintiocho


28 años. Sí carajo, 28 veces sentado aquí y tratando de reducir los recuerdos a flashbacks que se esfumen y lloren al lado de las piedras, al lado fauno que se ata a su flauta desde la cumbre de su falo cibernético. Los delirios no son casualidad, de ninguna manera. Aquí no hay casualidades, aquí hay enfermedades, cumbres solteronas de la soledad y el empobrecimento sistemático de las funciones rígidas del hombre. Manos sacadas de pronto de entre otras manos, cuando no desean que onanistas articulaciones, imitaciones de pubis, deslicen sus humores sexuales en el cetro feudal que tengo entre las piernas. Imágenes idiotas que someten juntos fantasía y realidad, la cinematográfica membrana de mi psicodelia de eléctrica textura, la anestesia más maniática del universo longitudinal que le entrometo al mundo por el culo.
Verdad suena manido ya. Estrépito y sonido mentira. Estampidas aladas en que bestias infames nos desangran en un porque. El cerebro se aconeja de tanto hueso roído lamido en demencia, cercenado en demencia. El cerebro demente raído por la epilepsia de mañanas y noches completas en cada grieta de sus culminaciones. El escupitajo mayor que vuelve del cielo para bendecir en su verde espesor de sinsabores, sangres, lunas llenas y llunas lenas, sueños saltimbanquis que araño en el calamitoso caer de mi estructura; son vueltas de 180 grados a la fotogenia infame que me cuelga hoy en todo mi gesto de muerte.
(son 28 gestos de muerte)

2 Comments:

Blogger Chica Gamine said...

Eso no tuvo ningún sentido (aún en medio del proceso de estar con el cañón en la boca) hasta leer el final tímidamente encerrado entre paréntesis.
Eres genial. Como un cañón en la boca al terminar el día. Como un amigo cercano y distante. Cercano al corazón y distante al olvido.

Te quiero mucho.

N.

4:26 p. m.  
Blogger barrunto said...

ya estás bien vieja.
jsz.-

4:26 p. m.  

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