CON EL CAÑÓN EN LA BOCA

Un espacio para el desahogo, para el ahogo, para la soledad, para la compañía, para perder el control y retomarlo, para perderse completo y reencontrarse a medias, para ser un personaje y ser el autor al mismo tiempo, para gritar desaforado todos los silencios.

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Nombre: Ricardo Hinojosa Lizárraga
Ubicación: Miraflores, Lima, Peru

Comienzo esto a la edad en que otros han terminado todo lo que les quedaba por hacer en vida: Hendrix, Morrison, Janis, Cobain. Que poco pueden parecer a veces 27, cuanto pueden significar en otras ocasiones. Fuera de eso, ya cumplí con los rituales del colegio y la universidad, el de los vanos intentos de socialización, el de la escuela de vida que te prepara para saber adonde no volver, o como extraviarte totalmente en la búsqueda de ser individual y no borrego de modas y antojos circunstanciales. Aunque, a pesar de eso, prosiga ahora como todos, como uno más, ganándome el pan y trabajando, cumpliendo protocolos y horarios, aunque prefiera quedarme en casa, escribir según mi ánimo, darle curso al onanismo (el mental y todos sus hermanos), almorzar cuando no toque, escupir al cielo eventualmente o sencillamente chasquear los dedos frente al público y hacer mi gran desaparición. A pesar de todo eso, estoy aquí, sacando bien, siempre con el cañón en la boca, tentando el número final que me haga perenne.

mayo 13, 2011

Un hombre alado extraña la tierra

Está a punto de cumplirse un año desde que Gustavo Cerati iniciara un sueño del que nadie sabe si volverá, o si volverá tal como era antes del grave accidente cerebro vascular que lo postrara tras un concierto en Venezuela. Su carrera, desde los tiempos de Soda Stereo, es una de las más sorprendentes e innovadoras de la música hispanoamericana y él, una de sus personalidades más influyentes. Aún hoy, muchos esperan su recuperación, para decirle que no hay nada más dulce que el deseo en cadenas, pues apelan a la fuerza natural de quien alguna vez dijo: “En el rock, como en la vida, es mejor durar que arder”.

Por: Ricardo Hinojosa Lizárraga

Tiene los ojos cerrados y su respiración es lenta. Su cuerpo está profundamente relajado mientras su mente se agita a velocidades incalculables. El tiempo sigue sucediéndose en el mundo, pero no para él. El ayahuasca ya ha hecho efecto, conduciéndolo a la misteriosa experiencia de un viaje astral. Imágenes cósmicas y sensaciones sin ley de gravedad son la silenciosa música que lo acompaña. Es Gustavo Cerati explorando a Gustavo Cerati. Es Gustavo empezando un viaje que hoy, quizás, se siente preparado para continuar…

Fue hace más de 15 años, en México, cuando el ex líder de Soda Stereo empezó a explorarse a sí mismo más allá de los escenarios y la fama. Más allá de su familia y sus amigos, incluso. Guiado por un chamán, decidió buscar inspiración en una dimensión sensorial alejada de todo y de todos, consumiendo milenarios alucinógenos naturales (Prueba de aquellas experiencias es Planta, canción del disco Sueño Stereo). Porque Cerati es, antes que músico, un inconformista. Un inconformista que mezclaba sonidos vanguardistas con paisajes musicales oníricos; un inconformista que no podía quedarse quieto, ni de cuerpo ni de mente; uno que, en este mismo momento, desearía desconectarse de las máquinas que lo mantienen vivo, tomar la guitarra y volver al escenario para interpretar una canción sin fin, una canción animal. Aunque eso, por ahora, es improbable.

Los partes médicos publicados en la web del cantante, apenas un mes después de la descompensación y posterior accidente cerebro vascular que lo dejara en coma en Venezuela aseguraban que “…los exámenes neurológicos practicados con el fin de observar respuesta a estímulos sensitivos y motores no han mostrado, hasta el momento, evolución favorable alguna.”, agregando a esto que presenta un grave daño cerebral. Incluso, tras la operación a la que fue sometido días antes de eso, uno de los médicos dijo que Cerati “no volvería a ser el mismo”. Desde entonces, permanece en coma, aunque ahora se encuentre en la clínica ALCLA de Buenos Aires. A un año de aquello, se puede constatar en su web oficial y en su Facebook y Twitter que no hay partes médicos desde febrero. En aquel momento, una neumonía obligó a trasladarlo al sanatorio de Los Arcos. Tras unos días, Cerati volvió a la lamentable condición de genio durmiente que tiene en vilo a sus amigos, familiares y fans. No es raro, entonces, que los miles de seguidores del cantante se pregunten, desde distintos confines del planeta, si lo verán volver a esa ciudad de la furia que no es otra que cualquier ciudad sin su música.

Estoy sentado en un cráter desierto, sigo aguardando el temblor, en mi cuerpo…

Esos raros peinados viejos

Si el inconformismo es la cualidad que lo define, podríamos decir que la evolución es su única acción constante. Desde aquel instante de inicios de los 80 en que Charly Alberti invitara a salir a Laura Cerati, hermana menor de Gustavo, y tanto éste como Zeta Bosio supieran que Charly era baterista y lo reclutaran antes de que lo reclutara Laura, a la imagen actual de esa misma hermana menor dando algunos de los partes oficiales sobre la salud del cantante, han pasado no solo años, sino todo tipo de transformaciones, riñas, éxitos, celebraciones, conciertos, discos, hijos y sueños realizados y musicalizables. Tras acabar la secundaria y llevar algún tiempo trabajando como visitador médico, hacer su servicio militar obligatorio, pegarse oyendo a Bowie, The Police, Queen y Deep Purple, ingresar a la universidad y formar una banda llamada “Proyecto Erekto”, junto a Zeta y a un entonces adolescente Andrés Calamaro, Cerati encendió uno de los miles de cigarrillos que hizo ceniza donde fuego aún quedaba, pensó y decidió a qué se iba a dedicar en la vida. Entonces, en 1982, en medio de un emergente circuito de rock argentino, que incluía a bandas como Los abuelos de la nada, Virus y Sumo, nace Soda Stereo y todo sucede como ya está escrito en la historia del rock: conocen a Federico Moura, el fallecido líder de Virus y él produce el primer álbum de la banda: “Soda Stereo”. En Dietético, su primer video promocional, ya se flameaba la bandera que movería al grupo en sus primeros años: “Somos un conjunto dietético/ Buscando el paraíso estético”. Temas como Te hacen falta vitaminas, Sobredosis de TV y ¿Por qué no puedo ser del jet set?, lo dejaron claro. Para entender cabalmente este período inicial es necesario saber que Soda Stereo aparece paralelamente al regreso de la democracia en la Argentina, tras años de incruenta dictadura. Lo único que querían hacer entonces los chicos era bailar y Cerati, Zeta y Charly estaban ahí para hacerlo con ellos.
Porque el régimen se acabó, se acabó…

Cuando pase el temblor

Desde los tiempos en que sus estrambóticos peinados se combinaban con canciones fácilmente tarareables y radiables, hasta los días en que eran más notorias las exploraciones sonoras y líricas que enriquecieron notablemente su estilo, pasaron 6 álbumes más de estudio: Nada personal (1985), Signos (1986), Doble vida (1988), Canción animal (1990), Dynamo (1992) y Sueño Stereo (1995). A pesar de que le siguieron algunos recopilatorios y el “semi unplugged” Confort y música para volar (1996), las giras internacionales, el cansancio posterior al éxito, su genio desbordante y algunos desacuerdos con los integrantes de la banda, precipitaron el final de Soda y el inicio del capítulo de Cerati como solista. Colores santos (1992), grabado a dúo con Daniel Melero y Amor Amarillo (1993), su primer disco en solitario, marcaron el inicio de otra carrera, la del inconformista en permanente evolución. Gustavo Cerati ya no era un músico, era un inventor de atmósferas. Bocanada (1999), 11 episodios sinfónicos (2001), Siempre es hoy (2002), Ahí vamos (2006) y Fuerza natural (2009) han sido la muestra más evidente de un talento en ebullición constante. Y, hasta el 15 de mayo del año pasado, el fatídico día en que su salud se quebró, el artista de 51 años mantenía la vitalidad original, demostrando que no le hacían falta vitaminas, aunque ya formara parte del jet set. En una de sus últimas entrevistas, antes de salir de gira con su no digamos último, sino más reciente disco, “Fuerza natural”, hizo una confesión: “Adoro tocar en giras, más que nada porque ya sé manejar los lapsos. No me voy más de un mes, porque sé que ése es mi límite, no suelo aguantar más que eso; así que voy y vuelvo”. “Así que voy y vuelvo”, dijo, y aunque haya pasado ya no un mes, sino un año, es una bocanada de esperanza para sus miles de fanáticos.

Tiene los ojos cerrados y su respiración es lenta. Su cuerpo está profundamente relajado mientras su mente se agita a velocidades incalculables. Alguien me ha dicho que la soledad se esconde tras tus ojos…

Un No epílogo

“Estamos esperando las buenas noticias, el milagro” dijo hace pocos días Zeta Bosio, el Soda más cercano a Gustavo Cerati desde que se iniciara este episodio triste. “A veces yo le saludo y me agarra fuerte la mano”, aseguró por su parte Lillian Clark, la madre del cantante, hace poco más de 20 días. Y ese sentir se identifica con lo que los fanáticos del artista en suspenso vital han dejado claro a través de las redes sociales, a pesar de que las oraciones y muestras de solidaridad se hayan confundido con bluffs como el de Christian Castro – que aseguró haberlo visitado, aunque la familia lo desmintió- o el del músico Pity Álvarez, quien hace unos meses dijo “saber” que Cerati había muerto. Nada inmuta la esperanza. A cambio están León Gieco, Luis Alberto Spinetta, Fito Páez o Ricardo Mollo, visitándolo, y un Bono que, en pleno concierto de U2 en Buenos Aires, pidió al público que no se olvide de él.

“Luego de finalizar anoche el último show de este tramo de la gira en Caracas, Gustavo sufrió una descompensación. Debido a que la noticia ha trascendido, informamos que se está recuperando favorablemente”, fue lo primero que se publicó en su web, al día siguiente del incidente, el 16 de mayo del 2010. Eso quisiéramos muchos leer mañana mismo, con un “Te vimos volver”, de titular. Después de todo ¿No es el cerebro lo más fuerte que tiene un genio?

“Desperté, desperté, con los pies helados, ¿Dónde estás?, ¿Qué pasó anoche? No recuerdo bien.”

Vos sos un flaco bueno

El gran Luis Alberto Spinetta, genio y figura del rock argentino, le dedicó hace pocos meses este poema a Gustavo Cerati. (Con quién colabora en Té para tres, canción dedicada al padre de Gustavo, Juan José Cerati). Por otra parte, Bajan, del álbum Amor amarillo, es un cover del Flaco, ejecutado por Cerati con la disciplina del mayor admirador. Aquí los versos que Spinetta le dedica al genio durmiente:

Dios Guardián Cristalino de guitarras / que ahora / más tristes / penden y esperan / de tus manos la palabra / Precipitándome a lo insondable / tus caricias me despiertan a la vez / en un mundo diferente al de recién... / Tu luz es muy fuerte / es iridiscente y altamente psicodélica / Te encuentro cuando el sol abre una hendija / que genera notas sobre la pared sombreada / Y suena tu música en la pantalla / sos el ángel inquieto que sobrevuela / la ciudad de la furia / Comprendemos todo / tu voz nos advierte la verdad / Tu voz más linda que nunca.

Ceratrips

“En Argentina hay algo que se llama ayahuasca, que es otro tipo de experiencia; es una liana de la zona del Amazonas, es poderosa e introspectiva (…) Cuando tuve una serie de experiencias con estas sustancias, resultaron en muchas de las cosas que aparecieron en Sueño stereo . Hasta el día de hoy tengo recuerdos muy inspiradores de eso, sobre todo cierta conciencia cósmica, eso lo heredé de esa vivencia. A veces se traslada a una canción entera o a veces a una frase, un video, una imagen sola.”
(Declaraciones de Gustavo Cerati al diario El Universal de México, 22 de noviembre del 2003).

Datos

770 mil son los fans de su página oficial en Facebook

5 son sus discos solistas en estudio

1 disco en vivo solista: 11 episodios sinfónicos.

2 hijos, Benito y Lisa

1.022.030 de seguidores tiene en Twitter.

1986, es el año en que Soda Stereo se convirtió en la primera banda latinoamericana en editar su música en CD.

1 millón y más de asistentes fueron contabilizados a lo largo de la gira Me Verás volver. Es el mayor número de personas que ha convocado una banda latinoamericana.