ORIGEN E INMORTALIDAD DEL DOLOR (Centenario de Frida Kahlo: 1907-2007)
Muchas veces, cuando un ser humano común y corriente pasa por una experiencia negativa que lo sumerge en el dolor más desgarrador imaginable se pregunta ¿Por qué a mi? Y, en la mayoría de los casos se deja abrumar por la pena y vencer por el llanto. En cambio otros, también destinados a caminos trágicos, pero que generalmente no parecen ni comunes ni corrientes, aprenden a canalizar la insistencia de estos sucesos y los convierten en arte. Ese fue el caso de Frida Kahlo. Nacida el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, México; no solo superó en mucho la fama de su célebre esposo, el pintor Diego Rivera, sino que se convirtió en un símbolo notorio de independencia y rebeldía contra los convencionalismos sociales y morales de su época, movida por la pasión y la sensualidad. Sobreponiéndose a la polio que la afectó desde muy niña y que dejó dolorosas secuelas en una de sus piernas, al accidente que fracturaría su vida, dejándola largo tiempo en cama, sin la posibilidad de tener hijos y sometiéndola a 32 operaciones a lo largo de su existencia, y a las constantes infidelidades de Diego Rivera, Frida empezó a caminar sobre óleos, sobre imágenes oníricas, sobre las fantasías que le daban forma a los colores que flotaban solitarios alrededor de su habitación. Y a través de ese dolor, hizo más que pintar sus cuadros, sangró sobre ellos lágrimas y tormentos, físicos y mentales, y esa hemorragia fue el arte que pintó el dolor que muchos otros no tuvieron ni tendrán nunca la oportunidad de pintar. A pesar de esto, Frida respondería a un bien intencionado calificativo del epítome del surrealismo, André Breton, quien la definiría como representante de dicha corriente, afirmando que "Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños. Pinté mi propia realidad". Justamente gracias a Breton, expone en París en 1939. Su estancia en la capital francesa la llevó a relacionarse con Picasso y a aparecer en la portada del Vogue francés. Ya entonces Frida era conocida en el mundo entero. Para ese tiempo tanto ella como su marido habían entablado estrecha relación con miembros del Partido Comunista, llegando a albergar al mismísimo León Trotsky en su casa (y en el lecho de Frida). En 1953 es llevada en ambulancia a su primera exposición en México, al poco tiempo le amputaron la pierna, pero nadie pudo amputarle el alma, ese color indescriptible que se ha perennizado en cada parte de sus obras, aún hoy, 100 años después de su nacimiento. Su cuerpo adolorido se hizo pintura y recuerdo el 13 de julio de 1954. Acababa de cumplir 46 años. Las últimas palabras que escribió en su diario fueron: "Espero que la marcha sea feliz y espero no volver".
Etiquetas: Diego Rivera, Frida kahlo, pintura
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